miércoles, 27 de marzo de 2013

Historia de la Capilla San Antonio de Padua

''1915''. Foto: Guía Amarilla de Formosa

A los pocos años de fundarse la Villa Formosa, debido a la profunda fe religiosa de los nuevos pobladores, comenzaron a construirse en la zona las primeras Capillas.

Como vimos en la entrada anterior, la primera en ser levantada por los colonos, era sólo un pequeño rancho, sin puertas ni ventanas ni bancos, ubicado donde hoy funciona la Jefatura de Policía de la Provincia (Saavedra entre Deán Funes y Moreno), donde los Padres Lynch y Cabrera celebraban sus misas.

Esta Capilla se trasladó en el año 1882 a la Capilla de los padres Franciscanos que estaba ubicada en Belgrano y Pringles y en 1896 ya se iniciaba la construcción del nuevo templo en la Av. 25 de Mayo y Moreno.

Así, en 1891 debido a los insistentes pedidos de un grupo de colonos italianos y sus descendientes, el padre franciscano Gabriel Grotti, en una de sus tantas visitas a la colonia Formosa, propuso a sus pobladores la construcción de una capilla dedicada a San Antonio de Padua.

Foto: Guía Amarilla de Formosa



La idea quedó firme en el sentimiento de ese grupo de italianos pero recién toma cuerpo en el año 1910, cuando fray Enrique Guernacini retomando la iniciativa de Grotti, propone firmemente en una reunión celebrada el 21 de agosto, en la casa de José Lesiza ubicada en la Chacra No 63, la construcción de un templo dedicado a San Antonio.


El dueño de casa manifestó el deseo de donar el terreno y ante esta circunstancia, todos los presentes aceptaron por unanimidad la donación de un lote de 50m x 50 m. que estaba ubicado a unos 7 km. del pueblo de Formosa.

Así se conformó la primera comisión permanente compuesta de la siguiente manera: Presidente: Fermo Zanin; Vicepresidente: Pedro Leiva; Secretario: Agustin Capra; Tesorero: Hermenegildo Canesin, y como vocales Pedro Leiva, Pedro Ocleppo y Fortunato Rigonatto.

Al poco tiempo, y por renuncia de Rigonatto fue elegido como vocal Cirilo Sbardella, ampliándose la lista con el agregado de otros vocales como Colombo Delturco y Ugarte García.

El dinero para sufragar los gastos, obtenido de colectas y donaciones, se depositaba en el Banco de la Nación Argentina, cuya sucursal en Formosa ya funcionaba desde l905.

Comitiva. Foto: Guía Amarilla de Formosa y Franco Romero.


LAS OBRAS DE LA NUEVA CAPILLA


En febrero de 1911, la Comisión aprobó el ?Pliego de Condiciones" de los trabajos de albañilería en los siguientes términos:
?La Capilla deberá tener doce metros de largo por seis de ancho exterior.

Foto: Guía Amarilla de Formosa


Los cimientos deberán ser de un metro de profundidad y de dos ladrillos hasta llegar al nivel de los marcos de las puertas, desde este punto seguirá de un ladrillo y medio hasta colocar los marcos de las ventanas, desde cuyo punto las paredes serán levantadas del grueso de un ladrillo, debiendo desde esta base tener tres pilares en cada costado, dos en el frente y uno en la pared del fondo, estos pilares deberán ser de un ladrillo y medio en cuadro, debiendo
figurar una mitad interior y la otra mitad exteriormente de la Capilla, debiendo los cuatro esquineros formar líneas en los pilares centrales.
En mayo, fue precisado el lugar exacto para levantar el edificio, fue aprobado el presupuesto, las condiciones de pago y el comienzo de las obras que estuvo a cargo de Juan D'Agostini.

Inmediatamente la comisión se puso a trabajar y en los momentos libres comenzaron con las tareas de acopio de materiales.

Un vecino ofreció maderas por valor de 393,96 $ m/n (moneda nacional), de cuyo monto donaría 150 pesos, con las cuales se construyeron las aberturas y Hermenegildo Canesin elaboró los ladrillos que se usaron en la construcción.

Pedro Ocleppo se comprometió a costear tres cornisas para no dejar el frente al descubierto y así, en julio de l911, el pequeño templo estaba construido y techado ?con su arco sobre el frente para colocar las campanas.

Los recursos económicos eran obtenidos por medio de donaciones, rifas, carreras de sortijas, venta de comestibles y bebidas, etc.

Foto: Guía Amarilla de Formosa

Por otra parte, también se recibieron donativos en materiales de construcción y jornadas de trabajo. Desde el púlpito de la iglesia del pueblo se hacía conocer la nómina de donantes y la inversión del capital.

Cuando escaseaban o faltaban los recursos, el párroco solicitaba al público un nuevo sacrificio en materia de limosnas.

Dos de los miembros de la comisión, Hermenegildo Canesín y Cirilo Sbardella, fueron designados para recolectar fondos entre los vecinos y cuando terminaron la tarea, la que les demandó bastante tiempo, ambos pidieron que se compute como limosna los días dedicados a esa función, dado que, por tal circunstancia, debieron abandonar sus trabajos personales.

Progresivamente se realizaron los trabajos de revoque interior y exterior, la colocación del piso y a mediados de l912 fue concluida la construcción de la sacristía.

Sin estar terminado aún el edificio, el 23 de junio de ese año el padre Enrique Guernacini celebró la primera misa, brindando un elocuente sermón.

La imagen de San Antonio fue donada por Fernando Zattoni, en nombre de su hija Sara, quedando expuesta momentáneamente en la iglesia parroquial.
Las puertas y ventanas fueron construidas por el carpintero de la colonia y fue proyectado el altar bajo una idea de Vicente Scali.

El 24 de noviembre de 1912 fue celebrada una misa que contó con una numerosa concurrencia a pesar del día caluroso.

Los recursos para la obra no eran abundantes, pero los colonos eran generosos y participaban con mucha voluntad. En ese año, renunció Garcia Ugarte y fue nombrado José Purini como reemplazante.
Ya en 1913 quedó concluido el cielorraso, a cargo del colono Cirilo Sbardella, cuyo jornal fue asignado por la propia comisión.

En la reunión del 6 de enero el Cura Vicario propuso dar comienzo a la obra del altar y colocar la piedra fundamental, que no había sido impuesta hasta ese momento. El albañil, Antonio Traghetti dejaría un espacio libre debajo del altar para ser colocada la piedra basal y el acta correspondiente.

El l2 de enero fue bendecida la misma, aún con la mesa ritual inconclusa y con la asistencia de padrinos y muchos concurrentes.

El señor Zattoni donó un cáliz para uso exclusivo del templo; la comisión, a su vez, adquirió en Buenos Aires 150 cruces de aluminio de la Pia Unión Antoniana para obsequiar a los padrinos en la bendición del Altar.

Más tarde, el 11 de mayo de 1913 se procedió al traslado de la imagen de San Antonio desde la iglesia parroquial hasta la colonia. En la crónica del emotivo acto se lee: A las seis de la mañana del día indicado salió lo procesión de la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen con dirección a la Capilla de San Antonio, elevando en andas a la Imagen del Santo cuatro colonos de los más ancianos, los que luego fueron sustituidos por otros hasta fuera de la población, en donde esperaba un coche adornado para seguir el viaje, siguiendo la procesión engrosándose esta continuamente con nuevos contingentes que venían de todas direcciones.

Al llegar a destino fue colocada la imagen en un nicho. Posteriormente fue bendecido el templo, acto que fue recibido con emoción y regocijo por parte de los colonos.

Las rejas de las ventanas se labraron de acuerdo con un modelo presentado por Celestino Rinaldelli y colocadas, sin remuneración por Cirilo Sbardella. Posteriormente se construyeron las galerías.
En ese año se incorpora como vocal don Juan Dell'Agnolo.

Foto: Guía Amarilla de Formosa

Al celebrarse la fiesta patronal se incluyó la novena, la misa cantada, sermón, procesión, bendición y distribución de pan a los pobres.

La señora Lesiza inició una suscripción para la compra de una araña y se pidió unas de 12 luces.

Tormenta


A principios de febrero de 1914 una tormenta destruyó el techo del templo.

Es interesante señalar que los colonos pusieron manos a la obra y en seis días lo arreglaron. Participaron en la tarea las familias de Pedro Sbardella con 8 personas, de Agustin Capra con 11, de Francisco Beninca con 3, de Pedro Marighetti con 2 personas, de Hermenegildo Canesín con 10, de Juan Canesin con l persona, de José Lesizu con 4, la familia Parola con l persona, la familia Lotto colaboró con el acarreo de arena donado por Pedro Ocleppo, Hipólito Capra colaboró aportando dos bueyes y un carro y varios colonos donaron el importe de sus salarios. 
El padre Guernacini es nombrado Prefecto de las Misiones del Chaco y deja sus funciones en la parroquia siendo reemplazado por el franciscano Julio C. de Alva.

Campanario


Las reuniones del grupo se hacían en el predio de la capilla y en una de ellas Cirilo Sbardella se comprometió a construir el campanario de madera según un plano preparado al efecto, tarea que fue terminada en dos meses de trabajo con la ayuda de sus hermanos Juan Pedro y Cayetano y de Juan B. Demicheli.
Foto: Guía Amarilla de Formosa

También en esta época se construyó un pequeño edificio lateral y se plantaron diversos árboles.

En cuanto a la campana, en mayo de 1913 había sido pedida a la casa BOCHUMER VEREIN de Buenos Aires, pero como no tenían una de l00kg.tal cual se había pedido, tuvieron que solicitarla a la casa matriz en Alemania, pero debido a la guerra y a los secuestros de la mayor parte de los barcos de ultramar la llegada de la esperada campana se demoró hasta 1915.

Ya instalada, el 30 de mayo de ese año el padre Livio Galli la bendijo y la bautizó con el nombre de ANTONIA, siendo los padrinos Pedro Ocleppo y señora, Juan Canesin y señora, Francisco Beninca y señora y Pedro Sbardella.

Ese mismo año fue concluido el aljibe cuya construcción estuvo a cargo de Juan Sbardella y fue financiada por Pedro Ocleppo, quien a su muerte fue reemplazado como vocal por Jacinto Somacal. También se construyó el piso de las galerías y un horno.

En 1917, fue adquirido un caballo para el traslado del misionero hasta la colonia, y en 1918, se efectuó la decoración interna del templo, tarea que estuvo a cargo de José M. Ferreyra cuyo importe del trabajo fue donado.

El coro era atendido por los hermanos Capra.
La juventud Antoniana intervenía en la organización de las festividades que incluían el canto del Himno Antoniano y de las letanías.

Entre septiembre de 1917 y junio de 1919 fueron numerosas las misas celebradas en la capilla, todas con mucha concurrencia.

En 1919, asume el nuevo párroco, fray Antonio de Jesús Pou y es aceptada la renuncia de Fermo Zanín como presidente de la comisión por razones de salud, siendo reemplazado por Jacinto Somacal.

Por iniciativa del nuevo misionero se proyectó construir un salón para dar educación cristiana a los niños. Pero la dificultad para obtener los fondos apagó la esperanza de los colonos.
Foto: Guía Amarilla de Formosa

En 1922 el padre Santiago Barilaro dirigía la jurisdicción eclesiástica.

En 1926 el párroco de la iglesia del pueblo era el padre Enrique Guernacini; al año siguiente lo contamos al fray Segundo Bilbao, secundado por el padre Aldo Bolini. El primero de ellos llamó a elecciones para renovar la comisión, cuyos miembros siguieron trabajando por los objetivos propuestos.

El 28 de marzo de 1996 por Decreto nº 439/96 la capilla San Antonio fue declarada Monumento Histórico Municipal.

Hoy, a casi 100 años de su construcción, este histórico edificio sigue recibiendo a miles de fieles en las festividades de su santo patrono los días 13 de junio de cada año, las que no siempre se realizaron en esta fecha ya que en las primeras épocas la misma se hallaba condicionada a la posibilidad de concurrencia del sacerdote hasta el por entonces apartado lugar.

La primera misa de San Antonio tuvo lugar el 15 de junio de 1913, la cual fue seguida por una procesión alrededor del templo, en 1914 la misa se realizó el domingo 14 de junio, ya que el día 13 había que celebrar la fiesta en el pueblo.

En esta oportunidad se rezaron dos misas, la primera rezada y la segunda cantada y al final de esta se realizó el tradicional reparto de pan bendito a todos los concurrentes.
Foto: Guía Amarilla de Formosa

El 21 de mayo de 1916 se inicia la tradicional forma de realizar la fiesta, que incluía el servicio religioso, la posterior procesión, el reparto de pan y carne para los pobres y la carrera de sortijas, la que iba acompañada en ocasiones por otras diversiones.
Desde entonces la fiesta se ha prolongado hasta nuestros días, aunque perdió en parte su componente social, ya que no se realiza ni el reparto de carne ni el de pan a los pobres ni las tradicionales carreras de sortijas.

En la actualidad, como entonces, es muy frecuente ver a adultos y niños vestidos a la usanza franciscana, en homenaje al Santo y como pago de alguna promesa o bendición.
El grupo compuesto por 21 vecinos, resolvió entonces construirlo como testigo de la fe religiosa de los pobladores y de su gratitud al santo franciscano.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Las doce estaciones fueron donadas por Fermo Zanin.

Gustavo Nolasco de Carlés dijo...

No eran "...los sacerdotes Lynch y Cabrera". José Pablo Lynch y Cabrera era una sola persona